Por
Álvaro Castillo Granada de San Librario.
En una biblioteca que compré, apareció un
ejemplar en magnífico estado, perfecto, de la única
edición de "Lo que me dijo el pueblo" de
Plutarco Elías. Busque
el papel donde había anotado tu teléfono y, como es
lógico, no lo encontré. Llamé a Doris a la Casa
Silva para
preguntárselo. Me lo dio y te marqué de inmediato. No
había nadie. Dejé razón en el contestador.
Pasó el tiempo y un águila sobre el
mar… No apareciste ni me llamaste. Guardé el libro porque
estaba destinado a ti. Eras su dueño. Una tarde nos cruzamos en
la séptima y te dije:
-Oye Armando… Te conseguí hace rato el libro
de Plutarco que me encargaste y no has ido por él…
-Ah sí… es que se me ha olvidado…
-Ajá… Eso no te lo creo: te espero este
sábado en la librería. Si no vas por él se lo
vendo a otro.
-No, no, no… No lo vayas a vender… Yo voy el
sábado seguro. ¿Dónde queda la
librería? Calle 70 Número 12-48 Barrio
Quinta Camacho Bogotá - Colombia
Y el sábado en la tarde apareciste con Isabel, tu
compañera (uno de los seres más dulces, fuertes y
extraordinarios que he conocido, que se hizo amiga de mí
mamá y a quien he tenido el privilegio de publicar sus 2 libros
de poesía: Todo abril y lo que va de mayo y Viaje entre
relámpagos.
Cuando te
pregunté por qué no habías venido antes por
él me confesaste que pensabas que era muy caro y no te iba a
alcanzar.
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